lunes, 7 de mayo de 2007

Syndromes and a century

"La última obra de Weerasethakul sigue resistiéndose a la intepretación y es difícil de describir en términos narrativos, pero su director hace ya tiempo que ha entrado en otra dimensión mucho más sensual: la del cine que apela directamenta a los sentidos, la del cine como la experiencia que siempre debería ser. Para su nuevo filme nos embarca en una aventura subyugante, igualmente dividida en dos partes, con la importancia que el entorno tiene en todas sus obras. Esas yuxtaposiciones funcionan como espejos en cada una de las dos mitades: lo rural frente a lo urbano, lo espiritual frente a la vida cotidiana, la juventud y la vejez, las dos caras de una relación amorosa. Aquí el director tailandés evoca la época en que sus padres se conocieron y, de forma lacónica y minimalista, pero también tensa y meditativa, maravillará a sus adeptos y decepcionará a aquellos que busquen una historia que se intuye, pero que el director esquiva continuamente. Entre los "personajes", un monje que quiere ser DJ y un dentista que aspira a ser cantante. Bienvenidos al singular universo de uno de los cineastas más importantes y originales del siglo 21. "


Pues la película es extraña, un poco bizarrona y con dialogos surrealistas. Muy emocional. Muy bien ambientada, tanto la parte rural, con una cantidad de verde realmente envidiable, como la parte urbana, muy industrialoide y detroyana. Fantástico el monje que quiere ser Dj y el dentista que canta canciones tradicionales tailandesas (Gracias por traducir al castellano las BSO de las películas! Que letrás de amor... ya quisieran los bisbales y los bustamantes del cine español!) Ahora, entre tanta alavanza también os diré, que se hace un poquito pesada, sobre todo porque parece que tiene un hilo argumental hasta que de pronto, deja de tenerlo, se repite la historia pero contada desde otros puntos de vista, aparecen escenas que dan bastante miedo (muy buena la fotografía y la música... si señor!), de pronto todo lo verde y maravillosa que parece Tailandia se convierte en un hospital blanco y luminoso con gente con batas verdes donde van a visitarse los excombatientes de la guerra... y la atmosfera es un poco malrollera...

Una película recomendable, aunque otros años me he ido con mejor sabor de boca del Baff, si teneis ocasión os recomiendo buscar: El sabor del te, que puestos a ser una película surrealista me gustó mucho más. O Eli Eli Lema Sabachtani si lo que os interesa es más el apartado musical...

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